La casa de dios
De niño me hablaban de dios y me espantaban con su palabra, mi inocencia lo buscaba detrás de mis espaldas sin entender que el estaba en la palabra y no en las sotanas de la voz amenazante que me lo prodigaba, ahora ya no busco su voz, ya no escucho sus relámpagos…escucho su aliento descansar en mi pensamiento, miro sus ojos posarse sobre los días y las noches y su luz es la punta del lápiz de mi destino. Mis años han hecho que baje la mirada, no al suelo en donde se escuchan las pisadas que destrozan al alma, bajo la mirada para escuchar mas de cerca la palabra de dios, bajo la mirada para recoger la alegría de los días y las noches, bajo la mirada para voltear mi pensamiento y darle la espalda al necio.
Smycke7
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