Temazcal
El tiempo se consumía en las brasas del encino, devorando la piel de su destino el fuego se retorcía con el aliento del viento en la boca de su ombligo. En el vientre del temazcal se incendia el silencio de la eternidad con olor a
pirul
y el lamento del romero, el espíritu acaricia a la piel que se desviste
para ingresar por la puerta del pensamiento. Con la respiración
envuelta en la oscuridad la piel se despoja de la inmundicia que las
palabras no pudieron…el alma de la piel se escurre con el ardor del
encino que prende en lo profundo de su existencia, un escalofrío recorre
mi pensamiento… es como el agua helada que me anuncia la llegada de la
palabra y me dice… ya puedes pasar el temazcal esta ardiendo.
Smycke7
Smycke7