martes, 1 de marzo de 2011

Carta a un nombre

Carta a un nombre
Hay días que no entran en mi pensamiento
Se quedan en las tardes tristes de tu partida
Hay días que no entran en mi pensamiento
Se envuelven en la noche ajena de sentimientos
Amontono las horas desocupadas de tus ojos
En una distancia que se encaja en mis sueños
Despertando al dolor que son los recuerdos
Que se levantan vistiendo a los días de gris
Con mis pupilas ya no se percibe el color
Me he quedado ciego con la luz del amanecer
Mirando sólo un lugar en mi imaginación
Es el vacío que dejó tu voz al salir de tus labios
La maldad es quién habita en tus entrañas
Llenando de soberbia tu cuerpo desnudo
Hay días que no entran en mi pensamiento
Se pasean por la soledad de mi nombre
Hay días que no entran en mi pensamiento
Se pierden en las carcajadas de tu abandono
Hay días que no entran en mi pensamiento
Se esconden en la esperanza de tu regreso
Smycke7

1 comentario:

  1. A veces escribimos cartas duras porque nuestro corazón está dañado y duele.
    Ésta es una de esas cartas cuyo destinatario no puede hacer sino leer y callar.
    Hermosa en su crudeza.

    ResponderBorrar